El Vaticano condenó al cura irlandés John O’Reilly, impidiéndole el ejercicio del sacerdocio durante 10 años, y obligándolo a vivir fuera de América Latina, por haber abusado de una menor en Chile, cuando ejercía el cargo de asesor espiritual de un colegio privado de Santiago.

O’Reilly se encuentra actualmente en Roma, donde vive desde diciembre del año pasado, cuando debió abandonar Chile. La sentencia canónica determinó: "la prohibición del ejercicio público del sacerdocio por 10 años, la obligación perpetua de residir fuera de América Latina y la prohibición perpetua de tener contacto voluntario con menores de edad".

John O’Reilly fue condenado por la justicia chilena en noviembre de 2014, y en 2017 fue expulsado de ese país, después que cumpliera su condena.

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