El sermón de las siete palabras se dio inicio en la Catedral de Lima. Es conocido como el sermón de las tres horas y es uno de los actos centrales de la Semana Santa en muchas ciudades del pais y el mundo católico, aunque pocos conocen que su origen se remonta a la Lima virreinal del siglo XVII.

Es en Lima donde desde hace 356 años se pronuncia el sermón cada Viernes Santo, desde el mediodía hasta las tres de la tarde, para reflexionar sobre las últimas palabras que Jesucristo expresó en la cruz durante la última parte de su calvario.

“Esa costumbre se extendió rápidamente por el resto de Perú y luego por otros países de América hasta pasar posteriormente a Europa”, señaló el historiador Armando Nieto.

El primero en pronunciar el sermón de las tres horas fue el sacerdote jesuita limeño Francisco del Castillo en 1660 en la ya desaparecida capilla de Nuestra Señora de los Desamparados, que se encontraba a espaldas del Palacio de Gobierno, en el actual centro histórico de Lima, recordó el cronista Nieto.

Del Castillo, conocido como “el apóstol de los indios y negros” por su trabajo de evangelización entre los sectores más populares de la Lima colonial, comenzó su intervención y no se detuvo hasta que sintió la fatiga, según los testimonios de la época.

Apostado ante el Santísimo Crucifijo de la Agonía, el sacerdote comparó en su mensaje el sufrimiento de Jesús con el padecimiento de los pobres, esclavos e indígenas (EFE).

EN OTROS PAÍSES

Actualmente el sermón de las siete palabras se celebra cada Viernes Santo en la catedral de Lima y ahora son 7 los obispos o sacerdotes que intervienen durante el sermón para interpretar cada una de las 7 palabras de Jesús. El discurso religioso también se pronuncia el mismo día en otras ciudades como Arequipa y Ayacucho, y en otros lugares del mundo como Valladolid (España), Álava (España), Cartagena de Indias (Colombia), Caracas y Tegucigalpa (Honduras).

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