Especialistas proponen estrategias para combatir creciente cifra de violencia escolar en el país
El acoso escolar o bullying, sigue siendo una de las problemáticas más persistentes en el Perú. Según el portal SíseVe del Ministerio de Educación, de septiembre 2013 a septiembre 2024 la violencia escolar creció de forma alarmante, llegando a 85 967 casos reportados, siendo el nivel secundario el de mayor incidencia con 49 519 denuncias. Estas cifras revelan la magnitud del problema y destacan la necesidad urgente de continuar potenciando medidas preventivas y correctivas.
Para hacer frente a esta ola de acoso escolar, los especialistas proponen una serie de estrategias que las instituciones educativas deberían implementar de manera urgente, involucrando la participación activa de los padres de familia desde los hogares:
Promover la educación en valores desde temprana edad: La enseñanza de empatía, respeto e inclusión es crucial para prevenir dificultades en la convivencia. El hogar es el primer lugar donde los niños aprenden sobre valores; por ende, los padres deben dar el ejemplo mediante una comunicación respetuosa y afectuosa en casa. La manera en que los padres tratan a otras personas, incluidas las figuras de autoridad, influye directamente en cómo los menores interactúan con sus docentes y compañeros.
Contar con un proceso de detección efectivo: Para intervenir en problemas de convivencia, es clave una detección temprana y oportuna. Esto requiere la observación constante en los espacios de interacción de los alumnos, con monitoreo cercano y la presencia de adultos, ya que muchos conflictos surgen sin supervisión. Los maestros juegan un rol importante a través de la observación y entrevistas, apoyados por herramientas como cuestionarios o instrumentos sociométricos.
Crear canales de comunicación: Un entorno donde los menores se sientan escuchados y valorados es menos propenso a generar situaciones de acoso. Los padres deben mantener una comunicación constante y estar atentos a cambios en el comportamiento de sus hijos que podrían indicar un problema.
Conocer a quién recurrir en caso de situaciones de acoso: Las escuelas deben contar con canales de comunicación accesibles para que los estudiantes, padres y docentes puedan identificar y denunciar cualquier caso de bullying. Es importante reforzar en los educandos la conducta de comunicar, pedir ayuda y recurrir a un adulto cuando lo necesiten; esto debe incluir no solo a quienes se vean afectados sino también a aquellos que hayan sido testigos de una situación de conflicto o abuso.
Capacitación constante a docentes: Los colegios deben apostar por programas de formación continua que enseñen a los docentes a identificar de manera temprana las señales de alerta. Reconocer actitudes como el aislamiento social o los problemas de autoestima puede marcar la diferencia para actuar a tiempo. Además, es crucial dotar al personal de herramientas de mediación de conflictos, que les permitan resolver tensiones entre escolares antes de que escalen a situaciones de violencia.
Fomentar actividades grupales: Involucrar a niños y adolescentes en actividades que fomenten la colaboración y el trabajo en equipo es una de las maneras más efectivas de prevenir el acoso. Juegos cooperativos, proyectos intergrupales y dinámicas que promuevan la participación activa son herramientas poderosas para reforzar el compañerismo. Estas actividades mejoran las habilidades sociales y ayudan a los estudiantes a desarrollar una mayor comprensión y empatía por los demás.
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