La caída del precio de la papa por sobreoferta del bien a inicios de este año originó que productores del tubérculo salieran a las calles exigiendo acciones del Gobierno. En una respuesta rápida el Ejecutivo determinó se compre parte de la producción como paliativo hasta establecer políticas firmes para evitar se vuelva a repetir dicha situación. Los productores anunciaron el fin de la huelga. Sin embargo la luna de miel duró poco y esta semana los agricultores volvieron a las calles.

¿Cuál sería entonces la carta definitiva que el Gobierno se jugaría para terminar de una vez con este tipo de malestares? Si bien aún no se ha puesto al debate público, el de la asociatividad podría ser una buena alternativa.

“Un caso concreto (que aqueja a los productores) es el alto precio de los insumos. Ellos dicen que el Gobierno subsidie, pero no debemos generar la cultura del subsidio, (en cambio) la asocietividad te permite importar directamente tus insumos y las reducciones (de los precios) son muy altas”, dijo para Diálogo Abierto Víctor Vásquez, asesor en temas de conflictos sociales.

Para el economista, se debe trabajar además un sistema de planificación agraria que, alimentado por los actores directos del sector, permita tener una mirada real de la situación del mercado.

“Hace muchos años se desactivó el sistema de planificación agraria. Hay un compromiso serio con las dirigencias y productores para trabajar un sistema de información agraria, pero involucrando a los actores directos, siempre desde una perspectiva de mercado para así evitar estos desencuentros entre oferta y demanda”, apuntó.

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