Adiós a Carlos Postigo
Gran maestro del cancionero popular peruano. De formación autodidacta, se convirtió en un músico diestro de inconfundible estilo al interpretar su piano. Su incansable afán por promover nuestra música costeña lo trajo a nuestra casa, y su paso dejó una huella imborrable. Hoy, Carlos Postigo Miranda partió a la eternidad, mas sus melodías seguirán sonando.
Postigo nació en Lima, y su amor por la música tiene origen en los primeros años de su adolescencia. Fue Nacional, la casa de todos los peruanos, escenario de su debut como artista. En 1968 fue invitado a participar en el Coro Sinfónico de Radio Nacional del Perú, y es ahí donde inicia su carrera musical. Al paso de un tiempo llegó a ser el director del elenco musical en nuestra emisora, y se quedó por cinco años, siendo protagonista en los años de esplendor de nuestro emblemático auditorio. Aquí, compartió escenario con dos grandes compositores: Pablo Casas Padilla y Alcides Carreño.
“La guardia nueva”, “Jipi jay”, “La gente de Alianza Lima se va, se va”, son algunos de los más famosos temas donde Carlos Postigo vertió su talento como arreglista. Trabajó con grandes intérpretes y músicos de nuestra música criolla, entre ellos Jesús Vásquez, Lucía de la Cruz, Pepe Vásquez, Eva Ayllón. Junto a Renzo Gil, grabó los discos “Joyas del Perú criollo” y “Alianza Lima, la pasión por el pueblo”.
“Soy un músico de oído. No leo partituras. A mí no me escribían, yo sentía lo que tenía que hacer (...) los chicos de ahora solo tocan lo que les escriben. Carecen de estilo”, fueron sus palabras al recibir la distinción como Personalidad Meritoria de la Cultura por el Ministerio de Cultura en el año 2013. Nunca estudió música, mas es poseedor de un estilo propio al arrancarle melodías a su piano. Siempre se confesó admirador del talento de Filomeno Ormeño, Lucho de la Cuba y Miguelito Cañas, “pero no tocaba como ninguno de ellos, sino de otra forma. La gente que conoce de música dice: “¡Ahí está Postigo!”. Conocen mi sonido”, afirmó en una entrevista para El Peruano.
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