Previo a la final de la Copa América entre Brasil y Argentina, las autoridades registraron aglomeraciones de hinchas frente al estadio Maracaná, donde los aficionados pretendían entrar al recinto con exámenes negativos de covid-19 falsificados.

La autorización a última hora de la entrada fue anunciado sin público como medida para impedir que pudiera facilitar la propagación del covid-19 y terminó dejando para el último día la distribución de los boletos y la verificación de los exámenes negativos exigidos.

La Confederación Sudamericana de Fútbol (Conmebol) extendió invitaciones a unas 1 000 personas, entre patrocinadores, autoridades y funcionarios, también boletos a cada una de los finalistas con 2 200 entradas.

Representantes de la Conmebol señalaron que detectaron una "considerable cantidad de pruebas de PCR fraudulentas, de personas acreditadas tanto en la tribuna argentina como en la tribuna brasileña", y que ninguno de esos aficionados podrá acceder a la final de la Copa América.

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