Una bienvenida a la tregua humanitaria indefinida anunciada por el Gobierno etíope y al compromiso de los rebeldes de Tigré (norte del país) a un inmediato "cese de las hostilidades” dio el secretario general de la ONU, António Guterres.

"Estos acontecimientos positivos deben ahora trasladarse a mejoras inmediatas sobre el terreno", sostuvo Guterres a través de su portavoz, Stéphane Dujarric, quien recordó que el conflicto ha causado un "sufrimiento terrible a millones de personas" en varias regiones de Etiopía.

La ONU instó a restaurar los servicios públicos en Tigré y llamó a todos los bandos a facilitar el suministro de ayuda humanitaria en todas las zonas afectadas por la guerra, que en muchos casos llevan bloqueadas desde hace meses.

El Programa Mundial para los Alimentos está preparado para distribuir asistencia humanitaria en el norte de Etiopía -donde unas 5,2 millones de personas la necesitan- "tan pronto como todas las partes garanticen un acceso seguro y sin restricciones", declaró a Efe la portavoz para Etiopía de esta institución, Claire Neville.

Con ello, Neville hace referencia a los numerosos incidentes de bloqueo de sus convoyes de asistencia humanitaria, o robos de alimentos e incluso secuestros de los chóferes, atribuidos en algunas ocasiones incluso a fuerzas gubernamentales.

Por otra parte, Guterres pidió a todas las partes del conflicto que aprovechen este "prometedor" paso para avanzar hacia "un alto el fuego a largo plazo".

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