Restauran la escultura de la torre de la iglesia virreinal de Santo Domingo en Lima
Muchos de los vecinos de Lima tienen grabada la imagen de la escultura de La Fama coronando una torre de la iglesia virreinal de Santo Domingo, pero muy poco sabían de ella.
Prolima, institución de la Municipalidad de Lima, ha restaurado esta pieza, parte del imaginario de la ciudad, descubriendo curiosos hechos sobre esta obra de arte.
Metal y madera
La primordial sorpresa que se encontraron los restauradores es, según cuenta el director de Prolima, Luis Martín Bogdanovich, que lo que parecía una escultura de metal era, en realidad, de madera.
La impresión se debía a la capa de pintura que tiene la obra. El funcionario explicó que originalmente sí había sido de metal, en la época colonial.
Averiguando, se supo que en el siglo XIX hubo un incendio en el que la escultura original de la época virreinal fue dañada. Por tal motivo, se mandó a hacer una nueva.
Bogdanovich relata que el encargo lo recibió un artista extranjero que residía en esos días en Lima: el austriaco Nicolás Youngström.
Encontraron la firma en una parte de la escultura mientras se hacían las reparaciones con bisturí.
Del mismo modo, contó el portavoz de Prolima que el actuar de aves, en especial de gallinazos, había malogrado algunos detalles que se han reparado ahora, como, por ejemplo, los dedos de La Fama. Por tal motivo, se han tomado medidas para evitar que estos animales ensucien y dañen esta obra.
Señala, como curiosidad que se sabe que el artista de esta escultura tiene unas tres más por lo menos repartidas en Lima. Un dato a parte es que él habría sido masón.
En 1863 se instaló esta escultura en la iglesia Santo Domingo.
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