Hace 33 años, en el alejado pueblo de Uchuraccay, distrito de Huanta (Ayacucho), ocho periodistas y su guía perecieron en manos de comuneros, acusados de ser terroristas.

Fue un 26 de enero de 1983 cuando -en un confuso incidente- comuneros de la zona mataron a ocho hombres que fueron en busca de la verdad: Willy Retto, Jorge Luis Mendívil Trelles, Eduardo de la Piniella, Octavio Infante, Amador García, Pedro Sánchez, Félix Gavilán y Jorge Sedano Falcón.

De nada sirvieron las maneras en que los hombres de prensa se identificaron y trataron de explicar a los pobladores del sector quiénes eran, pues los campesinos habían recibido instrucciones estrictas de altos mandos de la Guardia Nacional de tratar con hostilidad a todos los que llegaran a la zona en automóviles.

"Los enemigos llegan por tierra y los amigos por el aire [refiriéndose a los helicópteros que usaban los militares]", fue el mensaje supuesto que les dijeron a los pobladores.

Luego de una comisión investigadora y cinco años de proceso judicial, dos comuneros fueron condenados a quince años de prisión, mientras que un tercero que se encontraba esperando la sentencia, falleció en la cárcel.

A 33 años de la tragedia, los familiares de las víctimas exigen que se determine la responsabilidad política de los miembros de las Fuerzas Armadas por los hechos ocurridos.

Quien también exige justicia es la comunidad campesina que sufrió la pérdida de 135 de sus miembros a manos de la violencia terrorista de Sendero Luminoso.

/P.A.G./