Los voluntariados se han convertido en espacios donde se van construyendo agentes de cambio que buscan trabajar de la mano con las diversas comunidades del país con el fin de fomentar una mejor convivencia para todos y todas a pesar del contexto de crisis que se vive. 

En A todo parlante, las representantes del voluntariado “Magis Ayacucho” nos contaron que la organización se enfoca en el desarrollo de habilidades blandas en nuestros niños y los adultos mayores y niños de la ciudad de esa ciudad.

“Se busca fomentar un espacio horizontal para compartir, donde interactúan los niños y los voluntarios que son jóvenes universitarios de diversas carreras”, mencionó Diana Gutiérrez, Coordinadora de Magia Ayacucho.

Por otro lado, Jaqueline Muñón Diaz, co-coordinadora del punto de acción de niños, contó su experiencia dentro de la organización. “Ingresé hace cuatro años cuando en mi universidad me presentaron el proyecto y cada sábado nos reuníamos con el grupo de niños para realizar alguna actividad educativa o artística para contribuir con su desarrollo”, mencionó.

Gutiérrez señaló que el objetivo de la organización se basa en el tema de la acción y reflexión; es decir, se realiza una actividad para luego analizarla en conjunto, principalmente, en el caso de los adultos mayores que permite un acercamiento entre ambas partes.

“En tal sentido, no solo es un acompañamiento en conjunto sino también que se invita a los voluntarios a hacer una retrospección de las acciones que toman dentro de la sociedad”, dijo la coordinadora.

Ambas recordaron que el proyecto radial que realizaron con el objetivo de hacer frente al contexto de pandemia y Muñón señaló que tuvieron que especializarse en el desarrollo de contenido radial.

Desde otro enfoque, también conversamos con representantes del voluntariado “Hunter Doherty” que está inspirado en la labor de Patchs Adams, reconocido doctor clown, que contribuyó al desarrollo de la risoterapia en zonas de vulnerabilidad como los hospitales. 

Por ello, muchos de sus colaboradores buscan implementar esta dinámica en sus actividades, accionando en los espacios públicos. 

La colaboradora Flora Vásquez mencionó que antes de la pandemia se presentaban en la Aldea Infantil y el Asilo San Pedro, pero adaptándose al nuevo contexto sus acciones se han redirigido a las plataformas digitales.

“Se ha buscado crear actividades de risoterapia con herramientas que podíamos obtener en nuestros hogares. Para nosotros ha sido un constante aprendizaje de nuestras habilidades como artistas y agentes sociales”, enfatizó Nelly Mamani, colaboradora de la organización.

Además, Jorge Lanchipa señaló que los voluntariados son un espacio de crecimiento para uno mismo. “No solo es ayudar sino replantearse a través del clown. Dejarnos guiar por nuestro niño interior y convertirnos en un ser humanista y empático para entender el mundo de nuestros compañeros”, puntualizó.

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