“Existen muchos mitos sobre el amor alrededor del adulto mayor; por ejemplo, que ya no están en capacidad de tener pareja o que el deseo sexual disminuye después de los 60 años. Pero un reciente estudio que se realizó en Chile confirmó que los varones de hasta 90 años mantienen su deseo sexual habitual. En tal sentido, el definir que los sentimientos tienen un límite de edad es parte de la herencia irracional con la que nos han formado”, así  manifestó  Erica Vargas, psicóloga clínica y encargada del área del adulto y adulto mayor en el Centro de Salud Mental Comunitario “Kuyanakusun”.

En ese sentido, dijo en Mentalízate Perú que es necesario comprender que la persona enamorada tiene una mejor capacidad fisiológica, emocional, permitiendo que uno viva de manera plena. Por esta razón, los adultos mayores tienen la oportunidad de querer y ser queridos, más ahora que la mayoría no ha podido salir de casa por la pandemia, provocando un nivel de ansiedad severo.

La especialista recomendó incentivar las relaciones de pareja en los adultos mayores y en caso no viva la pareja junta, invitarlos a explorar otras alternativas de comunicación como son las redes sociales. Y en caso el adulto mayor presentara un decaimiento de ánimo por la distancia, ayudarlo a que se contacte con algún especialista de manera gratuita llamando al 103 anexo 5 o acercándose a cualquier Centro de Salud Mental Comunitario.

Por otro lado, la psicóloga resaltó que la conciencia y el estado de separación impulsan a la personas a buscar la unión, sea con una pareja, con un grupo o con una doctrina.  Y esta unión se da a través de la proyección que la pareja realiza del otro. Es decir, yo proyecto lo mejor de mi hacia mi pareja para poder identificarme con él y al hacerlo yo me voy a enamorar.

Dijo que este proceso se da a cualquier edad por lo que no hay una diferencia entre el amor adolescente y el amor adulto, son más bien procesos psicológicos que se dan a lo largo de nuestras vidas. Por ende, es muy importante que los padres incentiven la autoestima de los niños desde muy pequeños para que generen relaciones estables y saludables, cortando de raíz relaciones de violencia que dan paso al feminicidio.