Alejandro Romualdo: 5 poemas para recordar al poeta que partió un día como hoy
El camino seguido por Romualdo no es “el” camino de la poesía: es solamente “un” camino. Y uno de los más arriesgados, decía el gran Julio Ramón Ribeyro sobre la obra de Alejandro Romualdo. Hoy se cumplen 12 años desde su partida física, desde que dejó un gran vacío en la literatura nacional; mas sus poemas siguen generando vivas sensaciones de humanidad.
Alejandro Romualdo es considerado uno de los escritores más importantes de la generación del 50. Para el poeta Ricardo Falla, es el más importante del periodo post Vallejo”. Luis Alberto Sánchez, en algún momento comentó que su obra era de un temperamento febril y hasta romántico. Lo cierto es que, Romualdo escribió con un vocabulario muy sencillo y claro sobre las complejidades de la sociedad nacional. Su pluma manifestó su crítica hacia lo injusta que puede ser nuestra realidad, y –como lo dice uno de sus poemas- nunca calló, siempre alzo su voz comprometida.
Expresión de su espíritu rebelde, son muchos de sus poemas. A continuación, compartimos 5 de ellos, donde pone en manifiesto su gran sensibilidad social.
Canto coral a Túpac Amaru, que es la libertad.
Lo harán volar con dinamita.
En masa, lo cargarán, lo arrastrarán.
A golpes le llenarán de pólvora la boca
Lo volarán:
…Y no podrán matarlo!
Lo pondrán de cabeza.
Arrancarán sus deseos, sus dientes y sus gritos,
Lo patearán a toda furia.
Luego lo sangrarán:
…Y no podrán matarlo!
Coronarán con sangre su cabeza;
sus pómulos, con golpes.
Y con clavos sus costillas.
Le harán morder el polvo,
Lo golpearán:
…Y no podrán matarlo!
Le sacarán los sueños y los ojos,
Querrán descuartizarlo grito a grito.
Lo escupirán.
Y a golpes de matanza lo clavarán:
…Y no podrán matarlo!
Lo podrán en el centro de la plaza,
boca arriba, mirando al infinito.
Le amarrarán los miembros.
A la mala tirarán:
…Y no podrán matarlo!
Querrán volarlo y no podrán volarlo.
Querrán romperlo y no podrán romperlo.
Querrán matarlo y no podrán matarlo.
Querrán descuartizarlo, triturarlo,
mancharlo, pisotearlo, desalmarlo.
Querrán volarlo y no podrán volarlo.
Querrán romperlo y no podrán romperlo.
Querrán matarlo y no podrán matarlo.
Al tercer día de los sufrimientos,
cuando se crea todo consumado,
gritando ¡Libertad!
sobre la tierra ha de volver.
¡Y no podrán matarlo!
En alta voz
No he de callar mordiéndome la vida,
callar con todo el cuello, muerto o vivo.
¡Debo decir palabras desolladas,
o taparme la boca con un grito
de sol, de paz, de amor. Es necesario,
trinar a plena luz, echarse el alma
a la esperanza, alzarse hacia la vida.
Es necesario un vuelo de campana
doblando a sol. A paz en sol mayor.
Ya que esta herida del Perú nos habla
con la voz de la sangre tinta en furia.
No he de callar mordiendo mis palabras.
Debo gritar: caer de boca al viento.
Sosteniendo una luz y una tonada.
Y no callar: caer de voz al tiempo
con la boca cerrada y empozada.
Si me quitaran totalmente todo
Si me quitaran totalmente todo
si, por ejemplo, me quitaran el saludo
de los pájaros, o de los buenos días
del sol sobre la tierra
me quedaría
aún
una palabra. Aún me quedaría una palabra
donde apoyar la voz.
Si me quitaran las palabras
o la lengua
hablaría con el corazón
en la mano,
o con las manos en el corazón.
Si quitaran una pierna
bailaría en un pie.
Si me quitaran un ojo
lloraría en uno ojo.
Si me quitaran un brazo
me quedaría el otro,
para saludar a mis hermanos,
para sembrar los surcos de la tierra,
para escribir todas las playas del mundo, con tu nombre
amor mío.
Perú en alto
Según mi modo de sentir el fuego,
soy del amor: sencillamente ardiendo.
Según mi modo de sufrir el mundo,
soy del Perú, sencillamente siendo.
Tierra del sol, marcada al negro vivo,
llorando sangre por los poros, sombra
a media luz del bien, a media noche
del día por venir. Yo estoy contigo.
Golpe, furia, Perú: ¡todo es lo mismo!
saber, a ciencia incierta, lo que somos,
buscando, a media luz, otro destino,
con todo el cielo encima de los hombros.
Por eso quiero alzarte, recibirte
con los besos abiertos,
junto a la luz,
ardiendo de alegría.
A otra cosa
Basta ya de agonía. No me importa
La soledad, la angustia ni la nada.
Estoy harto de escombros y de sombras.
Quiero salir al sol. Verle la cara
Al mundo. Y a la vida que me toca,
Quiero salir, al son de una campana
Que eche a volar olivos y palomas.
Y ponerme, después, a ver qué pasa
Con tanto amor. Abrir una alborada
De paz, en paz con todos los mortales.
Y penetre el amor en las entrañas
Del mundo. Y hágase la luz a mares.
Déjense de sollozos y peleen
Para que los señores sean hombres.
Tuérzanle el llanto a la melancolía.
Llamen siempre a las cosas por sus nombres.
Avívense la vida. Dense prisa.
Esta es la realidad. Y esta es la hora
De acabar de llorar mustios collados,
Campos de soledad. ¡A otra cosa!
Basta ya de gemidos. No me importa
La soledad de nadie. Tengo ganas
De ir por el sol. Y al aire de este mundo
Abrir, de paz en paz, una esperanza.
/KAB/