“‘En nombre del Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas, salgan con los brazos en alto’, y empezaron a disparar”, recordó Jorge del Castillo fue el momento que vivió mientras, alojado en la casa de Alan García, efectivos del ejército rodeaban el predio con el objetivo de capturar al ex presidente. “Entonces yo disparé al aire –agrega- para evitar que se metieran por el techo”.

El autogolpe del 5 de abril había empezado.

El 5 de abril de 1992 fue un día histórico en la vida constitucional peruana. Luego de casi dos años en el poder, Alberto Fujimori decidía “disolver temporalmente el Congreso de la República”, intervenir el Poder Judicial y el Ministerio Público. Mientras el ex jefe del Estado daba la orden, las FF.AA. llegaron al Congreso, al Poder Judicial y el Ministerio Público, entre otras instituciones, para tener el control completo de ellas. También fueron capturados la sede de la Confederación General de Trabajadores del Perú (CGTP), y medios de comunicación. Asimismo, se persiguió a las principales figuras políticas de la época.

“Acordamos con Alan que él se iría y yo me quedaría. Entonces tuve que meter 2 tiros al aire para evitar que se metieran por el techo. Ellos respondieron. La Policía de la Armada estaba con nosotros dentro de la casa y recuerdo que estaban muy nerviosos porque en cualquier momento podía caer una granada o algo”, agregó del Castillo.

La medida adoptada por Fujimori contó, en su momento, con un gran apoyo de la población. Según una encuesta de Ipsos, el 71% estuvo de acuerdo con el Cierre del Congreso y más de 80% con la toma del Poder Judicial. El periodista Edmundo Cruz hace un análisis de los hechos: "Lo que pasó el 5 de abril fue un evento político innecesario para derrotar al terrorismo. Innecesario para sacar al país de la crisis económica del gobierno aprista. Ese mismo proceso pudo llevarse a cabo sin violencia y de manera democrática. El costo de la receta fue muy alto".