Las noticias falsas son una enfermedad, virus que se propagan por internet atacando la capacidad del buen juicio y en consecuencia la de ver los hechos desde una óptica objetiva. Aunque inventar noticias deliberadamente para engañar no es algo nuevo, la llegada de las redes sociales volvió casi imposible diferenciar las verdaderas de las que no lo son.

“En ese sentido, el remedio son la ética periodista y el prestigio del medio en el que la información se publica”, recomienda Carlos de la Puente, filósofo profesor universitario, como medida para empezar a diferenciar lo real de lo ficticio.

Sin embargo –agrega el catedrático- no toda la responsabilidad se la puede achacar al medio, también el consumidor tiene la obligación de informarse bien.

“Hay veces en la que los lectores tienen un sesgo muy común y miran para el costado, esa es responsabilidad del lector”, comenta.

Diferenciar opinión de información

Otro tip para no caer en el remolino desinformativo es saber diferenciar opinión de información, algo –a decir de de la Puente- que es bastante complicado en la sociedad peruana.

“En el Perú hay más violencia en las redes sociales. Cuando me meto a cadenas de otros países veo que hay un lenguaje más moderado. En el Perú adolecemos de exceso de violencia, argumentación. No sabemos diferenciar entre opinión de información.”, agrega.