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Mincul declaró patrimonio cultural los documentos de la Octava Cuadrilla del Señor de los Milagros

Foto:Difusión
18:37 h - Vie, 4 Oct 2024

En el mes morado, el Ministerio de Cultura declaró como Patrimonio Cultural de la Nación a los “Libros de Actas (2) de la Asociación Pro Socorro de Mortuorio de la Octava Cuadrilla de cargadores del Señor de los Milagros de Nazarenas (1935-1972)”.

Esta declaratoria se oficializa con la Resolución Viceministerial N°000292-2024-VMPCIC/MC, que lleva la firma de la viceministra de Patrimonio Cultural e Industrias Culturales, Carmen Vegas Guerrero.

Estos documentos presentan una serie de valores históricos, científicos institucionales – administrativos, sociales y culturales, relacionados a la identificación de su autenticidad, antigüedad y contenido.

¿Por qué son importantes estos documentos?

Estos libros no solo reflejan el contexto social que las vio nacer, sino también el contexto religioso de esos años, puesto que la Iglesia Católica aún tenía una importante influencia en la esfera pública, a pesar de la “progresiva secularización de la sociedad de la época”.

En ese mismo año de fundación de la asociación se realizó el “Primer Congreso Eucarístico del Perú", evento que reunió en la ciudad de Lima a más de 100,000 personas.

Asimismo, entre 1947 y 1962, se incrementó la cantidad de cuadrillas llegando a un total de veinte, esto debido a “que el aumento del número de integrantes de la hermandad es resultado del crecimiento de la cantidad de habitantes de la ciudad, además, del arraigo de la religión católica en la sociedad de la época”.

El valor científico se debe a que los instrumentos presentan un notable potencial como fuente primaria para la investigación histórica respecto al estudio de una asociación mutualista sin fines de lucro creada para brindar una sepultura digna a sus miembros; además de ser la pionera dentro de la Hermandad del Señor de los Milagros y una de las primeras asociaciones de dicho tipo nacidas de una institución religiosa.

El valor institucional y administrativo se encuentran en la conformación de la primera asociación que, dentro de la hermandad, veló por otorgar auxilio mortuorio a sus miembros y las gestiones que realizaron al servicio de los hermanos de la Octava Cuadrilla.

Pero, debido a que no se llegó a cubrir lo requerido para formar una asociación a nivel de hermandad, dicha cuadrilla decidió continuar con la iniciativa de tener una asociación propia. Se reunieron para tal fin, Hilario Benjamín Velazco Meza (capataz de la Octava Cuadrilla), Luis Peña Herrera y Víctor Hilario Velazco Bernales.

Valor histórico, social y cultural

El valor histórico de la formación de la cuadrilla radica en su surgimiento durante un periodo de intensa migración hacia la capital, a finales de los años 20. Este fenómeno provocó una explosión urbanística y la creación de barriadas. La mayoría de los migrantes vivía en condiciones precarias, lo que también se reflejaba en las circunstancias de la muerte, ya que no todos podían acceder a sepulturas dignas.

Esta situación no fue ajena a las altas autoridades del Estado, quienes pusieron en agenda la necesidad de prestar atención integral en salud a las personas aseguradas.

Desde el aspecto económico, las actas registran los ingresos económicos de la asociación, lo cual les permitió administrar sus propios fondos. En sus inicios la asociación recibía contribuciones económicas en calidad de donación y con el transcurrir de los años, y gracias a la buena gestión, se permitió realizar ofrendas de manera excepcional.

El valor social y cultural se basa en que nos permite conocer a los miembros de esta asociación, compuesta por personas de buena posición económica, algunos ya vinculados a otras instituciones mutualistas, así como por huérfanos y personas de escasos recursos.

Entre sus asociados se encuentran Federico Schiaffino Fernandini, comandante del cuerpo de bomberos de Lima desde 1926 hasta 1951 (con algunos periodos de interrupción); César Corzo, jefe de redacción del diario “La Crónica” en dicha época; entre otras personalidades que dieron amplio espectro social a la asociación.

Cabe mencionar que todos ellos, pertenecientes a la Octava Cuadrilla, tenían la "creencia de la vida nueva al final de los tiempos. En ese sentido, es importante un adecuado paso de la vida terrenal a la espiritual, una ceremonia acorde al canon católico y un lugar simbólico para el descanso eterno".

/NDP/PE/


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