Óscar Urviola: Vargas Llosa fue un defensor de la democracia y la libertad

Durante la década de 1980, el Perú vivió una etapa marcada por una crisis económica severa y decisiones políticas controvertidas. Una de las más relevantes fue la propuesta de estatización de la banca y del sistema financiero, medida que generó un rechazo amplio en diversos sectores del país.
En ese contexto, Mario Vargas Llosa emergió como una figura clave en defensa de la propiedad privada y las libertades fundamentales. Lideró un movimiento nacional que no solo detuvo la estatización, sino que lo posicionó como un referente político e intelectual comprometido con el sistema democrático y la economía de mercado.
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Uno de los testimonios de esa etapa pertenece al exdiputado y exfuncionario bancario Óscar Urviola, quien al ver amenazados los derechos de los trabajadores del sistema financiero, inició un movimiento dentro de la institución para resistir la estatización. Fue en ese proceso, cuando conoció personalmente a Mario Vargas Llosa.
“Con Mario nos conocimos en el año 87 u 88 y, cuando se produjo el proceso electoral de los 90 fui invitado por él a participar como candidato a diputado por Arequipa, postulación que resultó exitosa al ser elegido y formar parte del Congreso que se instaló en julio de 1990”, recordó Urviola.
Aunque no era militante del partido de Vargas LLosa, el Movimiento Libertad, aceptó la invitación y resultó elegido, desempeñando su labor parlamentaria hasta el autogolpe de Estado del 5 de abril de 1992.
Años más tarde, en 1996 o 1997, el también expresidente del Tribunal Constitucional se reencontró con Vargas Llosa en Berlín, donde el escritor vivía temporalmente mientras estudiaba alemán.
“Mario no se desligó del Perú a pesar de haber estado radicado en España, Inglaterra, Alemania. Él estaba muy unido a través de la información que recibía y cuando uno se encontraba con él, lo primero que hacía era preguntar muchas cosas del Perú y de lo que sucedía”, contó Urviola.
EL LEGADO DE MARIO VARGAS LLOSA
Sobre el legado de Mario Vargas Llosa en Arequipa, su tierra natal, Óscar Urviola destacó su biblioteca personal, compuesta por más de 5000 libros, condecoraciones, medallas y objetos de valor histórico, donados a esta región. “Este espacio se ha convertido en un testimonio de su vida intelectual y del reconocimiento internacional que recibió a lo largo de su carrera”, señaló.
Por ello, la noticia de su fallecimiento fue recibida con pesar en todo el mundo, no solo por su trascendencia literaria, reflejada en obras como La fiesta del Chivo, Cinco esquinas o El paraíso en la otra esquina, sino también por su integridad política y la defensa constante de los valores democráticos, incluso cuando sus opiniones fueron impopulares en ciertos sectores.
Urviola consideró que la vida de Vargas Llosa fue un testimonio de coherencia con sus principios éticos y democráticos, por lo que su legado trasciende a la literatura.
En ese sentido, puntualizó que honrar su memoria, especialmente en el contexto político actual del Perú, implica defender la libertad, la democracia y el estado de derecho, tal como él lo hizo en vida.
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