Jueves Santo: cardenal Pedro Barreto invita a renovar la fe y a vencer el mal

En el marco de las celebraciones del Jueves Santo, el cardenal Pedro Barreto reflexionó en El informativo de Radio Nacional sobre el profundo significado de esta fecha religiosa.
“En la tarde celebramos la última cena de Jesús y nos deja un regalo muy grande que muchas veces no nos damos cuenta, que es su presencia real en el sacramento de la eucaristía”, destacó.
En ese sentido, señaló que la eucaristía simboliza la entrega total de Jesús a la humanidad, marcando así el inicio del triduo pascual. El cardenal resaltó además el valor de la libertad como un regalo de Dios.
“Desde el principio Dios nos creó libres, la libertad es un don de Dios con eso podemos hacer el bien o el mal”, sostuvo.
Asimismo, advirtió sobre las decisiones que afectan a la vida y la creación.
“Cuando te ofrecen la posibilidad de tener dinero haciendo el mal, explotando la tierra o destruyendo la vida, todo esto nace en el corazón, de ahí surge la maldad”, indicó.
UNA POLÍTICA AL SERVICIO DE TODOS
Refiriéndose al contexto actual, Barreto expresó su deseo de una política orientada al bien común. “Nuestra vida no está para servirnos de los demás, sino para servir”, afirmó.
“A mí personalmente me extraña la cantidad de candidatos en situaciones de dificultad. La política debe ser rehabilitada como un servicio a la sociedad, como dice el Papa Francisco”, señaló al referirse al inicio de la carrera electoral.
El cardenal enfatizó que el verdadero propósito de la política es buscar el bienestar de toda la población.
La Semana Santa es la festividad religiosa y cultural más importante del calendario cristiano. Foto: Andina.
LA PASIÓN DE CRISTO CONTINÚA EN EL DOLOR DE LOS INOCENTES
En un llamado a la reflexión, Barreto sostuvo que la pasión de Cristo es el sufrimiento de los inocentes. Señaló que “las víctimas de guerras, injusticias y corrupción representan ese dolor actual que Cristo también acompaña”.
El cardenal destacó el verdadero mensaje de esperanza que brota del sacrificio de Jesús. “Los crucifijos no son unos adornos, son signos fehacientes de lo que Dios, por medio de su hijo Jesucristo, nos demostró”, dijo.
Enfatizó que la cruz no es el final, sino un paso hacia la victoria sobre la muerte. “Hay que vencer el mal haciendo el bien”, expresó.