Los jóvenes son las personas más vulnerables con respecto al trabajo forzoso porque están comenzando su carrera. Normalmente lo hace sin mayor conocimiento, por ejemplo, de cuánto de les deben pagar o en qué condiciones aceptar o no el brindar determinados servicios.

Así lo manifestó en el Informativo de Nacional el director de políticas y estrategias de CHS Alternativo, Luis Enrique Aguilar, afirmando que no debería tener en cuenta que el primer empleo o la primera actividad profesional laboral, técnica o cualquier tipo porque para un joven siempre este es un reto.

“Acordémonos todo tenemos que pasar a veces por prácticamente profesionales o actividades este de aprendizaje. Entonces eso ya te coloca una situación diferente a la de un trabajador o de una persona que haya realizado actividades laborales previamente, porque ya conoce más o menos su actividad y la manera en cómo se desarrolla dentro de un rubro”, afirmó.

Por otra parte, señaló que el trabajo forzoso puede tener una serie de indicios respecto al a su existencia porque puede ser un tema de su excesivo de horas de trabajo o el engaño respecto a las condiciones para laborar.

“Tenemos que ver el aprovechamiento de nuestra situación de vulnerabilidad para obligarlos a realizar un trabajo. Es decir, hay una serie de indicios o indicadores en cómo pueden permitir darnos cuenta de la de la existencia de una situación de trabajo forzoso”, señaló.

Informó que en la selva hay estimaciones respecto a la existencia de trabajo forzoso en la tala de madera o en la minería, especialmente en la zona de Madre de Dios o en la zona de La Rinconada.

“Hay actividades que en el interior con situaciones malas o condiciones de trabajo forzoso, dependiendo de las características. Estos casos han sido muy estudiados”, dijo.

Migrantes

Aguilar afirmó que en el campo migratorio es bastante común reconocer situaciones con más casos, no solo en trabajo forzoso o en la trata de personas sino también el trabajo social al observar las condiciones laborales de jornadas completas.

“Nosotros hicimos una investigación que con 33 mujeres migrantes que respondieron a un conjunto de preguntas en el marco de unas entrevistas a profundidad. Se detectó que ganaban menos que sus compañeros peruanos y que los empleadores prefieren que no tuvieran la documentación respectiva”, manifestó.

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