La cuenta regresiva empieza a acelerarse para el inicio de los Juegos Bolivarianos del Bicentenario Ayacucho 2024. Así lo marca, además, el reloj instalado en la Plaza de Armas de Huamanga, donde los pobladores y visitantes de la región se toman fotos y toman conciencia del magno certamen que se desarrollará entre noviembre y diciembre del año en curso.

Allí estuvo también el director ejecutivo del Proyecto Especial Legado, Carlos Zegarra, quien encabezó la comitiva que participó en las actividades por Semana Santa compartiendo el fervor del pueblo ayacuchano, así como su entusiasmo y conocimiento sobre el significado de ser sede del primer certamen multidisciplinario que se celebrará en el Perú después de Lima 2019.

El directivo destacó el legado que dejarán los Juegos, que brindan una oportunidad maravillosa para todas las delegaciones, “más de 1200 deportistas se puedan llevar a sus casas más que medallas, grandes experiencias, con una cultura rica, en un contexto bicentenario, con tanta historia”.

Sostuvo que el certamen permitirá mejorar la visión y las condiciones para el desarrollo del deporte en dicha ciudad, porque se fomentará “la creación de nueva infraestructura deportiva, vinculará al pueblo ayacuchano con el deporte, con su diversificación y hará que el pueblo demande deporte a lo largo de los años y lo cautele en su práctica y en su ejecución a nivel competitivo”, dijo.

Para Zegarra, los Juegos Bolivarianos del Bicentenario son “una proyección de vida realmente válida que el pueblo ayacuchano va a saber aprovechar”. Resaltó que organizarlos le dejará a Ayacucho “grandes aprendizajes para asumir retos por sus propios medios”, más aún considerando que en 2025 será sede, junto a Lima, del primer torneo del próximo circuito olímpico.

NDP/MLG