Durante una ceremonia en el Vaticano, dedicada especialmente a Ucrania y Rusia, el papa Francisco condenó la "guerra odiosa" contra los "hermanos ucranianos indefensos".

"Estos días (...) las bombas destruyen las casas de muchos de nuestros hermanos ucranianos indefensos", declaró el pontífice durante el servicio religioso en la basílica de San Pedro, en Roma, antes de encomendar a Ucrania y Rusia a la Virgen María.

Ante alrededor de 3500 personas, entre las que se encontraban el embajador ucraniano y representantes del cuerpo diplomático, el papa subrayó que esta guerra provoca en todos miedo y consternación.

Alrededor de unos 2000 fieles se reunieron en la plaza de San Pedro para seguir la ceremonia en pantallas gigantes, según el servicio de prensa de la Santa Sede, mientras que los sacerdotes y obispos de todo el mundo estaban llamados a rezar al mismo tiempo. 

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