El ex presidente de la Corte Superior de Lima, Marcos Ibazeta, analizó el caso Odebretch en la primera edición de El Informativo.

Para el jurista y especialista en derecho penal, el caso Odebretch que empezó en Brasil comprometiendo a los presidentes Lula da Silva y Dilma Rousseff, se ha concentrado en el Perú desprestigiándolo todo, desde autoridades políticas hasta la sociedad civil.

Ibazeta consideró que la fiscalía peruana empezó manejando mal las actividades referentes a este caso, pues se entrampó en el expresidente Alejandro Toledo sin lograr su captura y dejó de lado otras pistas importantes para seguir la ruta de la corrupción.

Sin embargo resaltó que a nuestro sistema judicial le hacen falta mayores recursos que le permitan constituir un equipo fuerte, con especialistas en distintas materias y tecnología de punta, para agilizar sus procesos y mantener permanente contacto con sus pares internacionales.

“Es responsabilidad del titular del pliego, ver si la estructura orgánica, la tecnología y los especialistas son suficientes; esto para ver como amplia los contactos internacionales, maneja la transparencia e interactúa políticamente”, señaló.

Consultado por la información que podría proporcionar Jorge Barata, Ibazeta dijo que los datos aportados deben ser concretos y comprobados, para que él pueda obtener los beneficios y derechos de esa colaboración.

Sin duda, añadió, “la posición de Barata es complicada, porque tiene que delatar a todos, y decir como operaba la organización y como se estructuraba el fraude, con lo cual todo el mundo puede verse involucrado”.

Estimó que formalizar la colaboración eficaz de Jorge Barata no debería pasar de los tres meses. “Si se acortan los plazos iríamos más rápido y se sancionaría a los responsables, sin mantener en la incertidumbre a nadie”, puntualizó.

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