El suicidio no es un tema tabú y debe ser parte de la comunicación dentro de la familia, señaló el médico psiquiatra Edwin Apaza al dar cuenta del incremento de casos de problemas de salud mental entre niños y adolescentes.

“El covid-19 no solo ha dejado secuelas físicas sino también secuelas emocionales. El temor a estar enfermo o tener una sensación de la enfermedad es un factor para una posible conducta suicida. Riesgo bajo, por ejemplo, es tener una buena salud, de lo contrario se produce un riesgo alto, terminando en un desenlace fatal”, expresó. 

En el Informativo por Nacional, detalló que frente a esta problemática es importante definir el grupo etario. “En el caso de los niños y adolescentes debemos estar atentos en sus notas. Si un muchacho tenía sus notas buenas o promedio y ahora durante la pandemia hay calificaciones malas, ello ya es una voz de alerta y debe acudir a un especialista”.

“Los familiares tienen que estar alertas porque pueden presentar un trastorno emocional y posteriormente podría tener una conducta lamentable. Otro aspecto a considerar son los cambios de conducta en los adolescentes, situaciones que antes no hacían son una señal de alerta”, indicó

En el caso de los adultos mayores, el especialista explicó que las alteraciones de sueño, el cambio de humor, la falta de apetito son señales que debe mantener en vigilancia al familiar.

“Debemos manejar una escucha atenta, amable, es básico mantener la comunicación. Enfocándonos a quien nos dirigimos, ya que a mayor acercamiento podemos llegar a las manos del especialista”, dijo.

/DBD/