Terremoto en Chile: especialista evalúa el fenómeno y la zona donde ocurrió

El reciente terremoto ocurrido en el extremo sur del continente americano, cerca de la región de Magallanes, en Chile, ha despertado preocupación por su localización poco habitual y las implicancias que tiene para la población y las autoridades. Con una magnitud de 7.5 y una profundidad superficial de solo 10 km, este sismo se produjo en una zona donde los movimientos telúricos son poco frecuentes y, por tanto, existe escasa preparación de la población local para enfrentarlos.
Víctor Orellana, exsubdirector nacional de la Oficina Nacional de Emergencia del Ministerio del Interior (ONEMI) en Chile y experto en desastres, explicó en El Informativo de Radio Nacional, que esta región no se encuentra bajo la influencia directa de la placa de Nazca, responsable de gran parte de la actividad sísmica en el centro y norte del país. En cambio, “es una zona de placas tectónicas distintas, más lentas, con menor actividad y largos periodos sin eventos significativos”. El último terremoto registrado allí ocurrió en 1949.
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Tras el sismo, el Servicio Hidrográfico y Oceanográfico de la Armada de Chile emitió una alerta de tsunami preventiva, activando los protocolos de evacuación para las zonas pobladas más cercanas, ubicadas entre 400 y 1500 km del epicentro. Aunque muchas personas no sintieron el terremoto, la alerta sí fue percibida a través de mensajes en teléfonos celulares y sirenas, lo que generó evacuaciones preventivas ordenadas.
El modelo de comportamiento del tsunami, generado por los organismos técnicos nacionales, permitió monitorear su evolución en tiempo real. Al llegar a la base antártica más cercana, el oleaje resultó ser menor al estimado, lo que llevó a recalcular las proyecciones y desactivar gradualmente las alertas en zonas pobladas. Sin embargo, se mantiene la prohibición de acercarse a sectores costeros hasta descartar completamente riesgos.
EL RIESGO SE MANTIENE
Según señala Orellana, una de las preocupaciones principales es el efecto de resonancia que podría amplificar el oleaje entre islotes del sector, generando alturas mayores a las modeladas. Se prevé que el oleaje anómalo llegue a Punta Arenas cerca de la medianoche, lo que justifica el estado de precaución que se mantendrá al menos durante el día.
Punta Arenas, aunque no es una ciudad densamente poblada, tiene una alta relevancia económica, especialmente en el turismo, la pesca y la explotación de gas y petróleo. La presencia de visitantes extranjeros en temporada alta refuerza la necesidad de una respuesta eficaz y clara frente a emergencias de este tipo.
Afortunadamente, no se reportaron daños estructurales ni víctimas fatales. La intensidad del sismo en zonas habitadas fue baja, estimada en grado 3. El sistema de alerta temprana de Chile funcionó de manera eficiente, permitiendo una evacuación preventiva ordenada y sin incidentes mayores.
Finalmente, se ha prohibido la navegación en la zona hasta que se descarte por completo la llegada de un oleaje anómalo. Las embarcaciones deben alejarse de la costa o resguardarse en tierra, medida clave para evitar daños materiales o accidentes.
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