Puno, la ciudad que alberga al maravilloso lago Titicaca y reúne a la población de los Uros, considerada la más antigua de la región, es también una ciudad que no solo destaca por sus atracciones turísticas, sino también por su gente y su cultura que se ha expandido más allá de las fronteras nacionales. En Habla Perú habla, dos invitados puneños de corazón hablaron sobre el rol que ha tenido Puno en la construcción de nuestra peruanidad.

Para Karla Charaja, promotora turística del Bicentenario, hablar de Puno es resaltar su potencial turístico y sus festividades como la fiesta de la Virgen de la Candelaria, danzas como la diablada y morenada o los conjuntos de sikuris, tan conocidos y replicados en muchas ciudades del país y el extranjero.

“Nuestras danzas se bailan en muchas partes del mundo como Argentina, Chile, Italia y China. La organización de esta actividad recae sobre los alferados quienes se encargan de confeccionar los trajes para los danzarines, contratan las bandas para sus bloques y mandan a hacer los recordatorios. Esta es una forma muy característica de Puno, en donde el pueblo participa de manera activa en consolidar su cultura”, agregó.

Por su parte, Guillermo Vásquez, escritor y director de publicaciones y condecorado como puneño del bicentenario, se refirió a las tradiciones literarias y artísticas puneñas trazadas por representantes como Carlos Oquendo de Amat y el grupo Orkopata liderado por Gamaliel Churata.

“Hay un lema que dice que Puno es la tierra de artistas y poetas. Desde los tiempos de la colonia han habido todo tipo de expresiones y movimientos culturales que han significado un gran aporte no solo al Perú, sino al mundo. El grupo Orkopata, por ejemplo, dio gran relieve a la cultura puneña que ha sido seguido posteriormente con otros tratadistas como José Antonio Encinas, Emilio Romero, Omar Aramayo y muchos más”, agregó.