¿De dónde proviene nuestro interés por la ciencia?
El interés por la ciencia ha estado presente a lo largo de nuestra historia. Si realizamos una mirada al Perú Antiguo podremos darnos cuenta de la presencia de distintos tipos de tecnología utilizados en las sociedades prehispánicas.
Al día de hoy, la participación de los ciudadanos peruanos en el rubro de la ciencia sigue muy activa, pues según las cifras de Concytec hay 5 mil investigadores que generan conocimientos en innovación. ¿De dónde proviene ese interés por la ciencia?
Para Juan Rodríguez, director de Fondecyt, uno de los motivos para apostar por la ciencia en nuestro país son los beneficios en el campo de la innovación tecnológica. En ese sentido, indicó que la ciencia y el conocimiento son las vías más seguras para garantizar el desarrollo de las sociedades.
“Cuando hablamos de innovación tecnológica nos referimos a un instrumento que le sirvió a alguien para su beneficio propio, pero que al realizarle mejoras es posible que pueda ser usado por toda la sociedad. Nosotros como Concytec tenemos conciencia de eso y generamos fondos concursables para que los investigadores participen y al término de su proyecto pongan en el mercado sus productos de innovación tecnológica”, explicó.
Por su parte, Carla Arce Tord, astrofísica y difusora de contenido de Astronomía en redes sociales, indicó que gran parte de la sociedad ve con distancia un interés por la ciencia, pero en situaciones de crisis el conocimiento científico siempre traerá soluciones.
“La gente se pregunta para qué sirve la inversión en los estudios sobre el universo si los problemas están la Tierra. La Astrofísica, así como otras disciplinas es una ciencia exacta que nos permite generar conocimiento. A priori parecería que no tiene ninguna utilidad, pero la historia nos ha enseñado que la generación de conocimiento siempre nos sire para resolver las crisis”, manifestó.
Finalmente, Pedro Romero, biólogo y doctor en Ciencias Naturales, habló sobre su experiencia de trabajo y señaló que los conocimientos que adquirió en su formación como científico se pueden aplicar en distintos escenarios de estudio.
“Yo estaba estudiando mi postdoctorado sobre las conchas de abanico, pero vino la pandemia y tuve que adecuarme a nuevos proyectos. Sin embargo, los conocimientos que había adquirido sobre cómo funciona el ADN, me sirvieron también para saber lo que pasaba con los humanos, una conchita o el mismo virus. Para eso utilizamos un campo de la ciencias biológicas que es el genoma”, expresó.
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MC/MAF