Cincuenta millones de personas en el mundo padecen de epilepsia y el enfoque inicial en el tratamiento de esta enfermedad es con medicamentos antiepilépticos, explicó el médico neurólogo Walter de la Cruz señalando también que hay diferentes tipos de epilepsia y depende del tipo de crisis que presente el paciente.

“Esta enfermedad puede empezar a cualquier edad de la vida y de acuerdo a los estudios epidemiológicos es frecuente que comience antes de los cinco años debido a causas congénitas y malformaciones en el cerebro”, dijo en Qué hacer.

Indicó que, en cambio, las epilepsias que comienzan después de los sesenta años a más se presentan a causa de un accidente cerebro vascular isquémico o hemorrágico.

“Las crisis epilépticas usualmente duran de uno a dos segundos en el caso de los niños, presentando crisis de ausencia típica con pérdida súbita de conciencia, una desconexión del entorno, una mirada fija por unos segundos con una recuperación del estado de la normalidad en forma inmediata. Estas crisis pueden ser tan repetitivas que llegan a alterar el funcionamiento normal del niño, lo que conlleva a que no tenga un buen desarrollo cognitivo”, advirtió.

La epilepsia se produce porque hay una descarga neuronal anormal en el cerebro o sea la actividad eléctrica cerebral se altera por breve tiempo, pueden ser segundos o minutos, y ello hace que la persona presente las diferentes manifestaciones clínicas.

Solamente un 15% de las epilepsias tienen origen genético y el resto son secundarias debido a una lesión cerebral o a una malformación congénita del cerebro.

Otras epilepsias son también secundarias por un traumatismo craneoencefálico severo, a un infarto cerebral o una infección del cerebro. En este último caso, por ejemplo, una infección que produce epilepsia en nuestro país es la neurocisticercosis que es un parásito del cerdo que ingresa al cerebro causando graves lesiones.

“Esta infección, que ocasiona epilepsia crónica, es endémica y también puede producir cefalea crónica, ceguera y convulsiones”, mencionó.