¿Cómo tratar las emergencias con los niños en casa?

Uno de los accidentes más comunes en los niños que comienzan a dar sus primeros pasos son las caídas con golpes en la cabeza. La mayoría de veces no son golpes de mayor importancia porque no generan algo grave en el niño, pero sí mucha preocupación en los padres.
Sobre cómo atender este tipo de emergencias conversamos con Inés Villacorta, médica pediatra del Hospital 2 de Mayo y ella en Qué hacer brindó detalles sobré cómo identificar cuando un niño está atravesando una situación que requiere ayuda de emergencia.
Por ejemplo, dijo, en el caso de los golpes en la cabeza, hay que tomar en cuenta los signos de alarma para saber si es necesario llevar al niño a Emergencias.
“Si tengo un niño que se golpeó la cabeza y tiene náuseas o vómitos, inestabilidad para caminar, perdió la conciencia o tiene convulsiones es necesario llevarlo a Emergencias para que se realice una evaluación en las primeras 6 horas desde que ocurrió el accidente. Son muy pocos los casos, pero es importante estar alerta”, indicó.
La especialista también habló sobre la fiebre, uno de los principales motivos de consulta en los consultorios clínicos.
Indicó que la fiebre es la reacción de nuestro cuerpo frente a la agresión de un virus o agente externo y que no debe haber mayor preocupación porque eso significa que el organismo de defensa está funcionando.
“La fiebre por sí misma no es mala, es un mecanismo de defensa. Muchos padres buscan bajarle la temperatura a los niños, pero no es necesario. Lo que hay que hacer es aliviar el malestar que esto puede causar como el dolor de cabeza y cuerpo. Puede haber niños con 38.5 de temperatura que están corriendo sin problemas, pero otros que sí tienen malestar. En esos casos, se puede dar un medicamento para disminuir la temperatura”, agregó.
Finalmente, la pediatra se refirió a los casos de intoxicación o envenenamiento en los niños señalando que en los niños menores de 3 años estos episodios no suelen ser intencionales por lo que no se debe inducir al vómito, pues podría causar un daño mayor.
“Los niños, muchas veces por curiosidad, tienen acceso a estos productos y lo llevan a la boca, pero la cantidad que ingieren es pequeña porque cuando sienten el sabor o el olor suelen escupirlo. En esos casos, si un niño ha ingerido estos productos no se debe inducir al vómito porque el producto podría regresar al tracto y generar más daño”, señaló.