“El trastorno bipolar es una enfermedad mental que afecta los mecanismos que regulan el estado de ánimo. La persona que sufre ese trastorno pierde el control sobre sus emociones, que cambian de manera brusca. Pasan de la euforia a la depresión sin que estas dos cosas estén relacionadas con el mundo externo. Es decir, no tiene que haber alguna causa para que suceda esta oscilación en el afecto”, señaló el psiquiatra Alex Rázuri, del Centro de Salud Comunitario Kuyanakusun.

En diálogo con Mentalízate Perú, el médico psiquiatra remarcó que el trastorno bipolar es una enfermedad crónica, pero si es bien diagnosticada, puede ser tratada con medicación y acompañamiento psicológico. De esa forma, el paciente puede tener una vida normal.

“Este trastorno ocurre por episodios y suelen distinguirse dos fases: la fase depresiva y la fase maníaca. Aunque también hay fases mixtas e hipomaníacas. Cada fase se distinguirá por síntomas particulares”, sostuvo Rázuri.

Por ejemplo, una persona maníaca se caracteriza por tener un excesivo aumento de energía, su necesidad de dormir disminuye, está irritable constantemente, es hiperactiva, muy extrovertida y locuaz. Mientras que en episodios depresivos no solo está triste, sino cansado(a), con ganas de dormir más, pierde el interés y presenta ansiedad, apatía y pesimismo.

“El diagnóstico del trastorno bipolar no es fácil. Hay que elaborar una historia desde cuando el paciente era adolescente y verificar que los síntomas se hayan desarrollado a lo largo de semanas, meses o años. A veces hay personas con la enfermedad que van al psiquiatra y les dicen que tienen depresión, pero eso se debió a que acudieron a la cita con el polo depresivo. Pasan los meses y su condición se revierte al lado maníaco. Por eso, el examen clínico es importante”, afirmó el especialista.

En esa línea, Rázuri señaló que usualmente el trastorno bipolar se diagnosticó entre pacientes de 15 y 25 años, pero también puede darse esta patología en niños en quienes suele confundirse como una “rebeldía juvenil”.

Finalmente, el especialista resaltó que el papel de los padres es importante para ayudar a detectar esta enfermedad mental. “Si se diagnostica a tiempo y se sigue un tratamiento integral, la vida cotidiana del paciente será como la de una persona sana”, puntualizó.