La figura de la vacancia presidencial, incluso la de incapacidad moral, no es un mecanismo de control político, sostuvo el constitucionalista Francisco Eguiguren, quien recordó que las causales son objetivas, tales como la muerte, la renuncia aceptada por el Congreso, la incapacidad física o moral, la salida o entrada del país sin permiso o la destitución del cargo en aplicación del artículo 117.

“Durante el ejercicio de su mandato,  el presidente puede ser acusado por traición a la patria por no convocar a elecciones, por  impedir el funcionamiento de los órganos electorales, disolver el Congreso en un supuesto distinto al previsto en la Constitución, pero por cualquier otro supuesto, sea delito o  infracción constitucional se debe esperar que termine su mandato”, remarcó.

En el Informativo por Nacional, dijo que el problema es que la incapacidad moral como causal de vacancia, ha sido interpretada de manera flexible, “cuando en verdad es que, puede estar de por medio una imputación de una posible conducta delictiva o de corrupción al presidente, pero sin haberlo sometido a juzgamiento menos en tener una condena”.

En ese sentido, señaló que es contradictorio decir que, “por el artículo 117 de la Constitución se diga que no se  puede acusar, menos juzgar por imputaciones de corrupción. Pero por la vacancia por incapacidad moral, sin acusarte ni condenarte, si se consigue los dos tercios de votos en el Congreso, si se vaca”.

Para el constitucionalista, es de importancia entender que la vacancia de incapacidad moral debe ser comprendida  como una incapacidad mental permanente o  debe ser aceptada  también cuando se cometa  un delito flagrante y evidencie que fue  ejercida por el mandatario.

“No se puede convertir en un mecanismo de control político porque consideren que está haciendo un mal gobierno, eso no se puede hacer en nuestro país que es de corte presidencial, donde es el pueblo que elige al máximo representante”.

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