La salud mental en el Perú: un desafío que necesita atención urgente

La salud mental es una dimensión esencial del bienestar integral de las personas. Sin embargo, durante años ha sido relegada frente a otras áreas de la salud. Hoy, frente a un contexto social más agitado, globalizado y con crecientes niveles de estrés, se vuelve cada vez más urgente priorizar su atención.
De acuerdo con Javier Saavedra Castillo, médico psiquiatra del Instituto Nacional de Salud Mental Honorio Delgado - Hideyo Noguchi, el país ha logrado avances significativos en el abordaje del tema, aunque aún existen brechas por cerrar.
[Lee también: Gobierno refuerza la salud mental en colegios con nueva norma que promueve el bienestar emocional]
Para el especialista, uno de los principales retos es la falta de reconocimiento del problema por parte de quienes lo padecen.
“Uno de nuestros estudios reveló hace un buen tiempo que, de aquellas personas que identificábamos con problemas de salud mental, la mitad no reconocía que era un problema de salud mental. O sea, estamos hablando de que las personas no conocen qué significa estar mal y, por lo tanto, no buscan ayuda”, señaló en entrevista para El informativo de Radio Nacional.
Según Saavedra, durante la pandemia esa cifra se redujo. En el año 2012 fue de 47 %, pero se redujo a un 25 o 26 % durante el COVID-19. Además, destacó un estudio internacional que situó al Perú como uno de los países con mayor disposición a hablar abiertamente sobre salud mental, superando incluso a otras naciones del mundo. Este cambio en la percepción, si bien positivo, también representa un reto: atender una demanda creciente de servicios especializados.
COMBATIR EL ESTIGMA Y RECONOCER LAS SEÑALES
A pesar del creciente interés por el tema, persisten ideas erróneas. Uno de los estigmas más comunes es asociar los trastornos mentales exclusivamente con la locura.
El especialista aclara que la mayoría de estos casos se relacionan con afecciones como la depresión o la ansiedad, que tienen un impacto profundo en la calidad de vida de quienes las padecen.
Una señal de alerta importante es la persistencia de emociones como tristeza, ansiedad o ira durante más de dos semanas, especialmente si interfieren con el funcionamiento cotidiano en áreas como el cuidado personal, las relaciones familiares, la vida social o el desempeño laboral y académico.
“Cuando las personas empiezan a tener problemas en una de estas áreas y eso está asociado a un sentimiento que permanece todo el día, probablemente necesitan ayuda profesional”, explicó Saavedra.
El miedo o la vergüenza de acudir a un psicólogo o psiquiatra también siguen siendo una barrera. “Estas son enfermedades auténticas”, afirmó, al precisar que pueden deberse a factores biológicos, psicológicos o una combinación de ambos, y no solo a conflictos personales mal resueltos.
El experto advirtió que, si bien todos podemos tener una predisposición genética a desarrollar algún trastorno mental, ciertos factores como el consumo de sustancias pueden desencadenar estos cuadros.
Por ejemplo, se ha observado que el consumo de marihuana en adolescentes incrementa el riesgo de desarrollar psicosis en la adultez, incluso en ausencia de antecedentes clínicos previos.
En ese sentido, subrayó la importancia de llevar una vida saludable y de evitar los excesos. También destacó los avances en tratamientos actuales, tanto psicológicos como farmacológicos, que hoy ofrecen opciones más seguras y eficaces que en décadas pasadas.
RESPONSABILIDAD POLÍTICA
Respecto al rol del Estado, Saavedra consideró que el cambio político debería ser una oportunidad para reforzar las políticas públicas en salud mental. Aunque el país cuenta con 293 centros de salud mental comunitarios, la demanda supera ampliamente la capacidad instalada. “Probablemente necesitemos el doble. Y eso no es una tarea fácil, porque implica personal, recursos y voluntad política”, indicó.
Finalmente, recordó que normalizar situaciones estresantes —como las crisis políticas recurrentes— puede funcionar como una defensa psicológica, pero no debe justificar la inacción. “A la larga, las cosas se solucionan. Hay que ser siempre positivos, pero también responsables”, concluyó.
TAMBIÉN TE PUEDE INTERESAR:
-
Racismo y salud mental: “El rechazo y la exclusión generan depresión y ansiedad”, afirma especialista
-
“Refuerza emocional”: Minedu lanza estrategia para fortalecer la salud mental de los jóvenes
-
Salud mental en el Perú: ¿qué factores desencadenan conductas violentas?